Realidades
distintas
Los jóvenes de la actualidad, los que nacieron
en la década del 90, cumplen un rol que pasa desapercibido en la sociedad y que
no deja huella en la historia, según comenta José Pablo Feinmann, quien
sostiene además que la juventud de los años 70 fue la generación que escribió
el camino del que viven en la actualidad los “perejiles” noventosos que no
cuentan ni tendrán para “contar nada”,
ya que fue contado por ellos.
Está muy claro que la generación setentosa ha atravesado
situaciones que hoy en día, afortunadamente, no se viven. Presenciaron desde
muy de cerca la mancha del terrorismo de Estado, algo que quedará en lo más
oscuro de nuestro país. De los militares, de los desaparecidos, de las calles
sangrientas, como los íconos más negativos. Pero también vivieron la etapa de
Juan Domingo Perón, aquel personaje histórico quien elevó la llama de la
esperanza para poder vivir mejor en un país que no pensaba en el trabajador y en
las clases más bajas.
Feinmann sostiene que los jóvenes que nacieron
en los noventa, no tienen conocimiento sobre estas cuestiones y que están viviendo
de la historia que escribieron en aquel tiempo. En aquella época, la juventud
se proclamaba en manifestaciones, las cuales eran prácticamente su medio de
expresión, por supuesto que corriendo el riesgo de ser identificado por la
dictadura y poder tener consecuencias, como desaparecer o perder la vida. Hoy
en día, mediante la existencia de las redes sociales, los jóvenes tienen su
lugar para manifestarse, para intercambiar opiniones y poder instalar su punto
de vista sobre algún tema, sea político o no. El espíritu del reclamo o de
manifestación, es totalmente distinto en ambas épocas.
Lo que no destaca el autor es que la juventud
de los noventa, “los perejiles” como los llama, nacieron en una realidad totalmente
diferente, en la que se respira democracia hace rato. Los noventosos no saben
lo que es la prohibición, lo que es esconder el cuadro de Perón, lo que es que
tener que quemar libros y discos, lo que es salir con miedo a la calle,
escondiéndose de los Falcón verdes. Seguramente no entiendan nada sobre eso. Y
no tengan para contar. Hoy eso no existe y hay libertad de expresión
La juventud conoce lo que ocurrió, se expresa,
intercambia opiniones, quiere que no vuelva
a ocurrir nada de lo que pasó. Sus padres, abuelos y algún que otro
vecino, que desafortunadamente vivieron en esa época nefasta, les han comentado
lo que les tocó vivir. La historia sigue latente, se sigue escribiendo, se
sigue viviendo en la actualidad, desde otro tono, desde otra perspectiva,
luchando por los valores y derechos de cada persona. Las redes sociales hoy por
hoy son el medio más importante de difusión y expresión. Los jóvenes eligen ese
medio, a diferencia de los que vivieron en los setenta, quienes se exponían
mucho más.
Sin dudas, los
“perejiles”, quieren que el país siga creciendo, la militancia es un factor
importante para que la juventud se haga escuchar, para continuar con esos
valores, esos ideales que los setentistas han dejado para las nuevas
generaciones. Con la libertad de expresión, utilizando las redes sociales como
herramienta para unificarse y opinar, tienen la obligación de ser protagonistas
cumpliendo con su rol. La juventud de hoy debe hacer que la historia
trascienda, a su modo, como la realidad lo marca, pero nunca perdiendo de vista
el objetivo, que es ver un país mejor.
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